Mientras celebramos 400 años de la ciudad de Daca, el río Buriganga lucha por sobrevivir. Hoy en día, está casi muerto, no puede correr en su cauce natural. Parece que la gente de Daca lo están matando por su falta de sensibilidad.
En Daca, la cantidad de gente crece cada día. Los sitios de trabajo y diversas fábricas están en auge constante. El río Buriganga es el medio de transporte más popular hacia otras partes del país. Millones de personas utilizan el río para transportar productos diariamente. Químicos para teñir, desperdicios humanos e industriales de toda la ciudad van directo al río Buriganga. Cerca de 700 fábricas de ladrillos en la orilla del río, los astilleros y el aceite de los barcos y vapores son causas adicionales de contaminación. Este río de 41 kilómetros de largo río alguna vez nos bendijo con la esperanza y el sueño de construir una nueva ciudad. Pero hoy en día, la misma ciudad es una de las causas de la muerte de Buriganga. ¡Nosotros, los ciudadanos de Daca, vamos a destruir nuestro propio río!
Como fotógrafo, mi papel es comprometerme con mi propia ciudad. Tengo una relación intrínseca con esta ciudad y este río, pues pasé la mayor parte de mi vida en ellos y sus alrededores. Como fotógrafo documental, mi enfoque era mostrar el río y la acelerada transformación de su paisaje desde todos los ángulos posibles. Exploré varios rincones del río para tener un panorama general sobre la participación destructiva de la gente. Al mismo tiempo, el agua divina del río, se mantiene solitaria con su nueva ola de esperanza. Sólo traté de capturar todos los aspectos para lograr una mayor atención sobre el tema.